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miércoles, 14 de febrero de 2018

CIEN AÑOS DE SOLEDAD

Pues llego justo a tiempo para el club de lectura.
Esta obra de García Márquez, la más emblemática, la más conocida, la más traducida (doy fe de ello) fue una lectura de juventud que me entusiasmó, que me revolvió por dentro.
La leí con 18/19 años con una gran avidez y asombro y desde luego, se me quedó grabada.
Cuando mis hijos tuvieron edad para leerla (o al menos una edad que yo entendía apropiada, ya con 18 años) les aconsejé encarecidamente que la leyeran y la empezaron y dejaron casi a la vez. En una de esas ocasiones (hace 7 o 10 años, no recuerdo) releí los últimos capítulos y ya no era igual... era como si algo se hubiera roto.
Ahora al volverlo a leer, esta vez, completo, he tenido diferentes sentimientos... Como si las cenizas de Macondo me hubieran inhundado.
Sí me ha gustado, pero... no me acordaba del final. Sabía que era trágico pero no recordaba cuánto, y me ha quedado un regusto amargo por dentro.
Sabía que la cosa no pintaba bien para los Buendía, pero...
En fin, prosa magistral, dominio del lenguaje de este autor... y sin embargo, vista con otros ojos de los de mis 18 años, veo tanta decadencia, la decadencia de un lugar y de unas personas, la decrepitud de todo lo que nos rodea.
Si no sabes de que va... pincha en la imagen y verás al coronel Aureliano Buendía frente al pelotón de fusilamiento
Veo también un cierto uso y abuso de las muchachitas que se acostaban por hambre, que me parece durísimo... una recurrente obsesión por el incesto, y por estar relacionándose parejas de edades muy dispares (Remedios y Aureliano, o Amaranta con José Arcadio, estos además tía bisabuela y sobrino-biznieto, si no me he perdido en el parentesco).
La injusticia y la explotación de una comunidad, y la negación de todo... así se escribe la historia... Las guerras para luchar contra las injusticias y que hacen que todo sea más injusto. La desidia de las gentes cuando se encuentran ante la asfixiante imposibilidad de hacer nada.
La longevidad de algunos personajes (Úrsula, Pilar Ternera, Amaranta...), la pacatería de otros como Fernanda.
Conoce a este premio Nobel, Gabriel García Márquez, pinchando en la imagen
El sexo a flor de piel, por todo, por nada, explícito, implícito...
Y si me tengo que quedar con algún personaje, me quedo con Úrsula, entrañable, incombustible, inasequible al desaliento, incluso ante su propia decrepitud. Solo con su pérdida de memoria dejó de luchar.
Bueno... mucho, muchísimo más escribiría sobre un libro que tuve en mi casa en versiones variadas, y en diferentes idiomas. IMPRESCINDIBLE