A este libro le tenía muchas ganas, y aunque lo pedía, no me lo acababan de dar para el club. Lo tuve que reservar, para el mes de mayo, pero nos ofrecieron otro para el club de lectura porque había posibilidad de que viniera la autora, María J. Llanos, que escribió el libro "Cuatro mujeres", de un par de reseñas anteriores.
Tuvimos la última sesión del club (sin fotos por despiste) el 5 de julio en Zalacaín, pero muchas de nosotras no lo habíamos terminado. "El infinito en un junco" es un libro largo, que se lee bien, pero no engancha como una novela. Puedes leer un par de capítulos hoy y no volverlo a coger hasta la semana que viene.
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Como fin de curso es duro y hay muchas cosas y primeros de julio ha sido muy prolífico en viajes, no lo he terminado hasta el día 30, y corriendo, porque el 31 sí o sí estaban todos recogidos y el día 1 de agosto entregados.
¿Qué me ha parecido el libro? Me ha gustado mucho. Me ha dado mucha pena no haberle podido sacar todo el jugo en la última sesión del club, porque daba para muchísimo.
Esa emoción que yo sentía cuando mi abuela me contaba cuentos, que luego pasaron a las mismas historias pero ya leídas. Recuerdo el cuento de "El patito feo" contado por mi abuela, en una versión maravillosa. Nunca lo leí igual. Y aunque Andersen me la descubrió mágica, la de mi abuela era más mágica aún.
Ese paso de la tradición oral a la escrita, para hacer del libro, según palabras de Borges "una extensión de la memoria".
Como soy maestra de infantil, siempre me ha asombrado el momento en el que el cerebro de mis niñ@s hace clic y de pronto, descubren que pueden leer... esas líneas rectas, curvas, puntos, de pronto cobran sentido. Como magia. Así debió ser la magia del descubrimiento de alfabeto, que con solo unos pocos signos, se pueden escribir todas las palabras.
Me entusiasma y me apena cuando habla de las niñas, que en Grecia solo recibían formación en casa, y en Roma sí que existieron escuelas para ellas. Qué empeño de no contar con la mitad de la fuerza humana para aprender y para comunicar.
La quema de libros, la destrucción de los mismos, siempre por personas intransigentes que no quieren admitir a pluralidad. La valentía de quienes arriesgaron sus vidas por salvar los textos condenados.
Me ha llamado la atención la polémica creada por profesores de Louiseville que quisieron borrar del libro de Mark Twain, Huckberry Finn la palabra "nigger" que viene a ser una forma despectiva de llamar "negro" a las personas de color (negrata). Pero así lo escribió su autor, y así se llamaban en esos momentos. No hay que almibarar la vida de l@s niñ@s. Me recuerda a la polémica del libro "Charlie y la fábrica de chocolate" de Roald Dahl, en el que han censurado la palabra "gordo". Qué ganas los moralistas de cambiar lo que otra persona escribió.
Me ha parecido que este libro lleva dentro otros libros, muchas historias para buscar, leer, investigar... Y me ha gustado la frase que dice "Que las cosas más bellas que hemos leído se las debemos casi siempre a un ser querido."
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"De alguna forma misteriosa y espontánea, el amor por los libros forjó una cadena invisible de gente -hombres y mujeres-, que sin conocerse, ha salvado el tesoro de los mejores relatos, sueños y pensamientos a lo largo del tiempo.
Gracias a este club de lectura, he conocido a gente maravillosa, que ama los libros y las lecturas como yo. Y aunque ahora cambiemos de formato, ojalá podamos seguir conociendo nuevos autores, nuevas novelas, nuevas tertulias, nuevos puntos de vista. GRACIAS porque "los libros nos han unido y anudado de forma misteriosa".
