Nada más terminar el libro de la prehistoria, parece que me he puesto de nuevo a "devorar" libros. También me he terminado ayer, con el mes de abril, este precioso libro (como los dos anteriores que ya leí hace tiempo "El tiempo escondido" y "La niebla herida") de Joaquín M. Barrero.
Vuelve el detective Corazón Rodríguez a encontrarse con historias del pasado que hacen posible el actual presente. En este caso sigue la guerra civil española como trasfondo, Asturias en el recuerdo y en vez de la emigración a Sudamérica, trata esta vez de la tragedia de los Niños de Rusia, aquellos chiquillos que fueron evacuados de nuestro país por motivos de seguridad y a los que no se les dejó volver una vez terminada la guerra hasta que no pasaron 20 años desde su marcha. Niños que no son de aquí, pero tampoco de allí. Extranjeros en todas las partes.
¿Qué puedo decir del libro? Que me ha gustado mucho, como los otros dos porque tiene un argumento muy trabajado, una trama sólida y todos los puntos encajan, no deja nada por atar ni personajes que los que no sepas que ha sido de su historia.
Estupendo Joaquín, como siempre.
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