Pues este es el primer libro de Amor Towles. En esta ocasión ya sabía quién era, cómo escribía y qué podía esperar.
Y aunque no ha estado mal, me ha recordado a esos libros de Nueva York, como El guardián entre el centeno o El jilguero. Muy americanos, mucho cóctel, mucho Martini, mucha ginebra.
Me gustó mucho más el segundo, Un caballero en Moscú, me pareció que tenía más enjundia.
Aquí se ven los tumbos y posibilidad de oportunidades que se pueden tener en el país de las oportunidades, si estás bien relacionado, eres ambicioso, o ambiciosa, y sabes arriesgar en el momento justo.
Al final, la chica se queda con el chico adecuado y el resto desaparecen de un modo u otro.
Lectura correcta, lectura de verano.
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